Al estar en un constante estrés, la persona no limita la ingesta de alimentos altos en calorías, ya que busca satisfacer sus necesidades emocionales.
Esta es una de
las frecuentes consecuencias del estrés, ya que se presenta por el
debilitamiento de los folículos pilosos o la ansiedad de jalar el
cabello para lidiar con los sentimientos negativos.
Las situaciones estresantes aumentan el riesgo de padecer
esta enfermedad. Los problemas para afrontar la tensión generan
desgaste físico, mal humor y sentimientos de tristeza.
El estrés crónico daña el equilibrio
hormonal del cuerpo, lo que induce a retrasos o ausencias del flujo
menstrual. Incluso algunos estudios aseguran que las mujeres con empleos
estresantes tienen riesgo 50% mayor a tener periodos cortos.
Los altos niveles de cortisol que se generan por el estrés
aumentan la producción de aceites o grasas corporales, lo que contribuye
a la aparición de granos.
El estrés altera el
sistema digestivo en las personas e incrementa la producción de ácidos
estomacales, lo cual favorece el desarrollo de úlceras, indigestión y
malestares.
Este es una frecuente consecuencia del estrés y se genera por la alteración del sistema nervioso, lo que dificulta la concentración, genera irritabilidad y falta de motivación.
*El contenido de esta página es meramente informativo y educativo, por lo que no sustituye el diagnóstico ni la supervisión de un médico, ni ofrece tratamiento alguno. Consulta a tu médico antes de realizarte algún estudio.
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