Caídas, intoxicaciones, quemaduras… la casa se ha convertido en una potencial fuente de peligro para el bebé. Conviene revisar todas las habitaciones para descartar posibles trampas. Y es que la mayoría de los accidentes en menores de cinco años ocurren en el hogar.
Lo dicen las estadísticas: alrededor del 54% de los percances en niños menores de cinco años ocurre en casa. Enchufes, estufas, suelos que resbalan, aparatos eléctricos, escaleras y, sobre todo, productos tóxicos, ya que la principal causa de siniestralidad infantil dentro del hogar son las intoxicaciones, y prácticamente todas se producen de forma accidental con medicamentos, seguidos de cerca por los productos de limpieza, y un poco más lejos por cosméticos y productos del hogar, según datos del Instituto Nacional de Toxicología. Alrededor del 54% de los percances en niños menores de cinco años ocurre en casa.
De muy pequeños, los bebés se pueden caer o quemarse, y, a partir de los siete u ocho meses, cuando empiezan a gatear, su enorme curiosidad les llevará a convertirse en pequeños exploradores. Cada habitación de la casa puede contener algún elemento peligroso para ellos, incluso los que nos puedan parecer inofensivos. Por eso es necesario vigilar, cambiar, tapar o reforzar, nada que este alcance de los pequeños.
*El contenido de esta página es meramente informativo y educativo, por lo que no sustituye el diagnóstico ni la supervisión de un médico, ni ofrece tratamiento alguno. Consulta a tu médico antes de realizarte algún estudio.
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