Se le denomina “muerte fetal”, cuando la muerte del bebé se produce después de la semana 20 de embarazo. Ocurre alrededor de, uno de cada 200 embarazos y, por lo general, la muerte del bebé es inesperada para los padres, ya que hasta la mitad de todas las muertes fetales ocurren en embarazos que no han tenido problemas o inconvenientes durante su desarrollo.
¿Cómo podemos detectarlo?
Usualmente, el primer indicio de la muerte fetal lo obtiene la madre cuando el bebé deja de moverse o patear.
¿Qué ocurre con el parto?
Generalmente, las mujeres deciden inducir el parto a causa del trauma emocional que implica llevar dentro de sí un bebé muerto.
El parto se induce a través de la inserción de un supositorio vaginal que contiene una hormona que estimula las contracciones uterinas.
Las causas más comunes de la muerte fetal son:
• Si el bebé presenta malformaciones
graves causadas por problemas genéticos, ambientales o desconocidos.
• La preeclampsia (hipertensión inducida por el embarazo)
puede causar una disminución significativa del suministro de nutrientes y
oxígeno al bebé.
• Si la madre presenta convulsiones debido a la hipertensión
en el embarazo, que puede llegar a causar la muerte de la madre y el bebé. Esta
enfermedad es llamada eclampsia.
• Si hay un desprendimiento de placenta.
• Si el bebé no ha crecido lo suficiente o sufre de un
crecimiento retardado.
• Si la madre tiene una ruptura prematura de membranas, lo
que puede provocar una infección.
• Si la madre es diabética no diagnosticada o no ha sido
tratada correctamente durante el embarazo.
*El contenido de esta página es meramente informativo y educativo, por lo que no sustituye el diagnóstico ni la supervisión de un médico, ni ofrece tratamiento alguno. Consulta a tu médico antes de realizarte algún estudio
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