La circuncisión es una cirugía, que consiste en retirar el prepucio (piel) o parte de él, que cubre el glande (la cabeza del pene). No es sino hasta los tres años de edad cuando se podría indicar médicamente por problemas de infecciones urinarias recurrentes como fimosis (incapacidad para retraer al prepucio) y parafimosis (incapacidad para regresar el prepucio a su lugar una vez retraído).
En caso de realizarla, se sugiere hacerla en el mismo hospital donde acaba de nacer el bebé, en sus primeras 48 horas de vida. Dura entre 10 y 15 minutos, la cicatrización de la herida llega entre 10 y 15 días posteriores, con cuidados en casa. En realidad es un procedimiento sencillo, aunque, como toda operación, tiene sus riesgos, que van desde una infección, sangrado e inflamación, hasta una posible estenosis del meato (estrechamiento del orificio de salida de la orina), pero es muy poco probable que esto ocurra. Para minimizar los riesgos, este procedimiento quirúrgico tiene que ser realizado por un cirujano pediatra, no por un pediatra y mucho menos por un ginecólogo.
El ex Presidente de la Asociación de Médicos del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, señala que está documentado científicamente que un varón circuncidado“tiene un riesgo menor de contraer infecciones de transmisión sexual, como sífilis o VIH”. A esto, podemos agregar lo que la Academia Americana de Pediatría señala al respecto: “los beneficios de una circuncisión superan sus riesgos, en específico en la prevención de infecciones del tracto urinario, cáncer de pene y en la transmisión de algunas enfermedad sexuales, incluyendo el VIH. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, así como investigadores de la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos, respaldan dicha práctica.
Esta decisión de circuncidar o no a un bebé varón no siempre resulta fácil de tomar, por lo que el papel del médico es hablar con los padres sobre los riesgos y los beneficios, pero sólo ellos decidirán qué es lo mejor para su hijo.
*El contenido de esta página es meramente informativo y educativo, por lo que no sustituye el diagnóstico ni la supervisión de un médico, ni ofrece tratamiento alguno. Consulta a tu médico antes de realizarte algún estudio.
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