Al bañar a un recién nacido lo que más miedo da es que se nos resbale de entre las manos.
Antes que nada coloca una base de esponja en la tina. Nada pasará si lo sostienes de su espaldita con tu antebrazo y lo sujetas por debajo de la axila con tu pulgar por sobre su hombro y el resto de tus dedos para apoyar su costado. No es necesario que uses jabón para cuidar la grasita que produce su propio cuerpo y lo humecta. En todo caso puedes usar jabones o geles para piel sensible y sin aroma. Algunas marcas incluso manejan gel de baño adicionados con aceite, debe ser rápido, máximo 10 minutos, porque los recién nacidos aún no controlan su temperatura corporal y su piel se reseca con facilidad
Báñalo con agua tibia y siempre verifica que la temperatura no esté muy caliente metiendo el codo en la tina o recipiente que usarás para limpiar a tu bebé.
No debes de tocar la zona del ombligo hasta que se caiga su cordón umbilical. Se recomienda usar una esponja suave para dar masaje a su cuerpo y estimularlo. No debes tallarlo, no tiene caso. Los bebés sudan mucho y un baño les sienta bien, pero realmente no está sucio. Si la habitación está calientita puedes aprovechar para darle un masaje con la crema por todo su cuerpo y, una vez más, regalarle un plácido momento de estimulación.
*El contenido de esta página es meramente informativo y educativo, por lo que no sustituye el diagnóstico ni la supervisión de un médico, ni ofrece tratamiento alguno. Consulta a tu médico antes de realizarte algún estudio.
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